sábado, 31 de mayo de 2014

Dichos y Dicharachos.



Los dichos populares forman parte de algo que se denomina “sabiduría popular”. Esta sabiduría se transmite de generación en generación y ha perdurado desde tiempo inmemorables. Se cree que son tan viejos como la época de la colonia española; lo que es un hecho es que en nuestro país son uno de los más grandes patrimonios de la cultura intangible. Pero, ¿qué tan trascendente es analizar esta inofensiva forma de expresión? 


Sumamente importante, desde un enfoque de mercadotecnia. Hay algunos dichos que son tan divertidos como contraproducentes, si es que la persona que lo sabe realmente lo cree y lo aplica a su realidad. Así por ejemplo cuando una persona dice que “Más vale malo por conocido que bueno por conocer”, entonces de nada servirá lanzar una gigantesca campaña de lanzamiento de un producto si al final el consumidor tiene arraigada esta idea.
Esto sucede con frecuencia en los servicios de telefonía y televisión por cable, por mencionar un ejemplo; hay personas que se han “casado” con algunas compañías y aplican este arcaico dicho para no tener que pasar por el incierto camino de probar algo nuevo. Hay personas que son presa de la superstición y verdaderamente basan muchas de sus decisiones en pensamientos como éste. ¿Cómo se negocía o se debate contra un argumento que tiene tantos años de sabia aplicación? Es una barrera mental que muchas veces pasa desapercibida por el mercadólogo al momento de diseñar sus estrategias comerciales. 
Otros dichos que suelen ser un dolor de cabeza para muchas marcas son los siguientes: "Mariachi pagado toca mal son", afecta a empresas que tienen que cobrar parcial o totalmente sus servicios o productos por adelantado. 
"Dando y dando pajarito volando", es un contra para las empresas que venden por internet y forzosamente tienen que cobrar por adelantado.

"Lo fiado es pariente de lo dado", afecta a empresas que otorgan productos a crédito o a pagar después de un plazo establecido y al final se encuentran con serios problemas al momento del cobro. Aquí también influye el Debo no niego; pago, no puedo.

"Está muy ojón para ser paloma", es una llamada de advertencia a todas aquellas empresas que suelen mostrar sus productos de una forma espectacular y que al final no son lo que parecen. 
"Aunque la mona se vista de seda, mona se queda", pega a las empresas que hacen serios esfuerzos por brindar una imagen renovada en el mercado, pero al final el consumidor se queda con la primera impresión.
"Negocio que no deja, se deja",  no puede haber dicho más desmotivante para empresarios primerizos. 
Entonces, ¿qué hacer ante estas barreras conductuales? No es tan fácil lidiar con este tipo de argumentos, pero uno de los mejores recursos son los ¡hechos y no palabras! Siempre que surjan negativas a causa de los dichos es necesario tener a la mano las pruebas tangibles de lo que se está diciendo, siempre y cuando las pruebas sean consistentes. 
No hay mejor argumento que la demostración sensorial de los productos o servicios que se ofrecen; invite a los consumidores a probar, a tocar, a experimentar. 

De otra forma la persona se defenderá con la sabiduría de su dicho y no habrá oportunidad de convencerlo. 
La experiencia con este tipo de personas tiene que ser vivencial. No hay nada mejor que atacar lo subjetivo, con lo racional. Como dicen por ahí “Es bueno el encaje pero no de María bonita”

Por Daniel Herrera.

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